A lo largo de la historia Bíblica y de la humanidad, el maligno se ha dedicado a plagiar, imitar y engañar a la humanidad con imitaciones de supuestas verdades y milagros que parecen ser de Dios, pero proceden de lo más profundo de su maldad. Fue por ello que Jesús advirtió que en los últimos tiempos aparecerían falsos profetas y apóstoles que harían señales y prodigios, de tal forma que engañaría aun a los escogidos (Mt 24:24), y Pablo afirmó que Satanás se vuelve ángel de luz para engañar(2 Cor 11:14), imitando lo que es de Dios, e incluso aparecerían hombres con apariencia de piedad, pero con sus vidas negarían la eficacia de ella (2 Tim 3:5) y a los cuales debemos de evitar o evadir.
El diablo es el padre del plagio, la mentira y el engaño. Así que esta caricatura presenta, de forma excelente, a esos falsos ministros que introducidos en las iglesias como siervos, proclaman ser portadores de una nueva revelación, e introducen, de forma encubierta, herejías destructoras (2 Pd 2:1).
Si conociéramos a fondo las Sagradas Escrituras, y tuviésemos claro el marco histórico de la época y la mentalidad de Cristo y sus discípulos, difícilmente nos engañarían para explotarnos o manipularnos religiosamente, a fin de cometer acciones incoherentes como parte del designio divino. Tristemente el pueblo de Dios esta tan absorto en el culto-show, en los pastores y apóstoles estrellas, con mensajes falsos, en una iglesia que ofrece un evangelio barato, sin condiciones, y de una enseñanza y metodología que no le permite al creyente meditar y analizar, con la Biblia en la mano, lo que ocurre alrededor, por lo que son pastoreados y guiados por lobos vestidos de oveja, porque como dijo el profeta; “mi pueblo perece por falta de entendimiento” (Isa 5:13) y son llevados cautivos al error y la esclavitud.

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